Cada acción tiene su semilla en un pensamiento y cada pensamiento es creado por el pensador, el alma. Yo escojo qué pensamientos quiero crear, y así, como es mi pensamiento son mis acciones y también mi experiencia en la vida. Yendo hacia adentro, toco la quietud y el amor puro que está en el núcleo de mi ser y cada pensamiento que creo es de beneficio para mi ser y para la humanidad.