Categoría: Reflexiones

Así como un árbol que está lleno de frutas se dobla para que otros tomen la fruta, uno quien es humilde siempre vivirá en autorespeto y tratará a otros con respeto.

La mayoría de las personas no se entienden a sí mismas, necesitamos hacer tiempo para esto, somos impacientes. Muchas veces, porque no tenemos la voluntad de tomar este tiempo, el desentendimiento continua. No tomamos tiempo para escuchar a alguien calladamente y tratar de entenderlos. Luego empezamos a inventar cosas acerca de ellos, porque nosotros simplemente no hemos tomado el tiempo para entender.

A cualquier o quien quiera que usted de tiempo, usted está dando su atención. A cualquiera que le de su atención le da su energía. Cualquiera a quien le de su energía crecerá. Así que ¿a qué le dará su tiempo hoy – quién tendrá su atención? ¿Qué o quién necesita su atención? ¿Es una tarea, un proceso o una relación? O ¿está usted esperando por estas cosas para darles su atención? ¿Por cuánto tiempo estará esperando? ¿Por qué está esperando? ¿Es usted un líder o un seguidor, un amo o un esclavo? Mmmm… ¡Todas estas preguntas hoy!

La vida es un juego de olvidar y recordar.  Usted pierde el juego cuando… olvida quién es y lo que está haciendo aquí, recordar las cosas falsas del pasado y qué le hicieron esas cosas.

El entusiasmo es la llave maestra para sentirse bien. Esto mantiene al ser extremadamente positivo mas allá de la negatividad, mientras simultáneamente, hace a otros sentirse elevados también. Desarrollar entusiasmo, tener fe en la bondad de la vida y en la bondad original del ser y de otros.

El poder de la verdad es tal que nunca se necesita probarla. Solo se necesita ocuparse de serla y vivirla. La verdad siempre es revelada, en el momento correcto, en el lugar correcto.

La paz termina cuando nos involucramos emocionalmente en una situación. La práctica de ser un observador independiente ayuda a estar estable y en calma. Es la mejor forma de tomar una decisión bajo cualquier circunstancia.

¡Palabras! ¡Ellas están al rededor mío! Yo las veo. Yo las uso. Palabras ásperas, palabras suaves, palabras amargas; palabras que dan dolor y pesar; palabras que dan felicidad y placer. Ellas son vitales para la comunicación. Cuando las palabras son habladas hay reacciones positivas y negativas. Cada pensamiento es como un gatillo o un encendedor de emociones o un modelador de acciones. Las palabras colorean el comportamiento. Y cuan amoroso es escuchar palabras que son calmantes y libres de rencor y agresividad. Escuchar palabras que elevan el alma y nos dejan con un vigor renovado. Tales palabras son brillos de pureza. Es importante recordar que mi discurso indica qué está en mi mente. Como es el pensamiento así son las palabras absolutas. La calma mental hace mis palabras calmadas. Una mente pura hace palabras puras. Se dice que un discurso puede exaltar a alguien a un reino o enviarlo a las alcantarillas. Yo nunca debería permitirme caer en falsedad, amargura o un discurso vicioso. Mis palabras deberían reflejar mi verdad, mi naturaleza interior, esa de pureza y paz. Las palabras una vez habladas no pueden borrarse. Ellas reverberarán a nuestro alrededor y mas allá de nuestro control. Hoy, con las palabras que hablo, ¿qué efecto tendrán sobre esas personas que las oyen? ¿Serán palabras venenosas que causen dolor? O ¿podrá ser mi lengua como un ruiseñor, dulce y así muy suave y amorosa al oído?

¡Nosotros buscamos aquí, nosotros buscamos allá, buscamos el amor por todos lados! Esperamos que venga a nosotros, usualmente a través de otra persona. Todos nuestros acondicionamientos dicen es algo que nos pasa a nosotros. La mitología de nuestras fábulas, leyendas y la industria del entretenimiento moderno dicen que es algo en lo que “caemos”. Y aún… y aún el verdadero amor no puede ser adquirido, poseído o acumulado. Este no puede ser conocido cuando que viene de fuera de nosotros. La paradoja definitiva es que nosotros somos eso. Nosotros somos amor.

Gastas mucho tiempo en tu vida corriendo tras cosas o haciendo cosas. Tu olvidas que “ser” viene antes de “hacer”. Quienes recuerdan este secreto hacen un esfuerzos por “ser” y descubren que cuando ellos paran y observan, la vida les trae lo que necesitan. Aprender a “ser” es aprender a estar en paz. Es nuestra naturaleza mas fundamental.