Categoría: Reflexiones

Si guardo la debilidad de otros en mi mente, ellas rápidamente se vuelven parte de mi.

Trabajar sin felicidad es como una carga para perdurar, Pero cuando hay felicidad interna se vuelve un juego, y solo se divierte.

La enfermedad de la ira necesita la medicina de la tolerancia; El dolor de la decepción necesita la medicina de la esperanza; la violencia o venganza de hecho necesita perdón; el miedo necesita coraje; el ego necesita auto-rrespeto. A traés del silencio recibimos fuerza para sanar.

Muy afortunado es quien ha aprendido a admirar, pero no envidiar. Envidiar a otros ni disminuye la buena fortuna de otros ni incrementa la propia.

Hay gran belleza en la simplicidad. No es sencillez sin embargo es sencillez en el sentido de palabras y acciones promulgadas con gran realeza, completamente conscientes y con mucho significado. La simplicidad nos aleja de lo artificial, simplemente acepta y en esa aceptación nos muestra gracia y humildad en cada circunstancia.

Autoconfianza es conocer mi forma de ser instintivamente de tal manera que siempre tenga la fuerza para aprovechar la situación. En algún lugar dentro de mi, desde la quietud, siempre hay algo que pueda llenar mi necesidad.

Viva en balance entre la cabeza y el corazón sintiendo sus sentimientos con sabiduría y sus decisiones con amor.

Muévase por el mundo con la gracia de un ángel, la dignidad de un rey y la sabiduría de un niño.

Aprender a hablase apropiadamente es un esfuerzo espiritual. Cuando comete un error ¿se habla amorosamente por la mente, o se despide (se regaña) a sí mismo? Un hábito reconoce su divinidad; lo otro refleja una naturaleza de pesar.