Cada acción tiene su semilla en un pensamiento y cada pensamiento es creado por el pensador, el alma. Yo escojo qué pensamientos quiero crear, y así, como es mi pensamiento son mis acciones y también mi experiencia en la vida. Yendo hacia adentro, toco la quietud y el amor puro que está en el núcleo de mi ser y cada pensamiento que creo es de beneficio para mi ser y para la humanidad.
La gente busca amor en las relaciones. Pero este amor es coloreado por expectativas. Cuando las expectativas no son satisfechas, hay la tendencia al enojo. Antes de poder amar a otros debemos aprender a amarnos a nosotros.
La libertad inicia en la mente, no cortando cuerdas que atan.
Príncipes entre nosotros son quienes se olvidan de sí mismos y sirven amablemente.
A través del pensamiento, podemos ganar o perder el poder. Con pensamientos puros se genera poder, y con impuros se destruye el poder. Los pensamientos puros son esos que expresan nuestra personalidad espiritual, los impuros son todos los otros. Los impuros no tienen nada que hacer con nuestra verdad.
El entusiasmo libera al ser de obstáculos y trae beneficio a todos.
Cada día es una oportunidad para ser creativo – la mente es su tela en blanco, sus pinceles y colores son sus pensamientos y sentimientos, el panorama es su historia, la pintura completa es un trabajo de arte llamado “mi vida”.
Una persona con la calidad de la misericordia trabaja en tal nivel sutil que el soporte que da nunca implica debilidad o demanda en la otra persona.
Atrás de toda creación hay silencio. Silencio es la condición esencial, el ingrediente vital para toda creación y esto es creado. Esto es un poder en su forma correcta. El artista inicia con una tela en blanco – silencio. El compositor coloca las notas entre el pentagrama. Pero lo esencial en el ser, de donde vienen todos los pensamientos, es el silencio.
La aceptación es el secreto del contentamiento.
La apreciación es el secreto de la felicidad.
