La mayor parte del tiempo vamos por complacer a otros haciéndolos felices. Aunque se hagan los mejores esfuerzos, encontramos que las personas no aprecian lo que hacemos. Cuando trato lo mas posible de complacer a alguien me siento descorazonada y molesta. Lo que hagamos, debe ser por el gusto de hacerlo y no por satisfacer a otros.