Cuando tenemos pensamientos negativos, tratamos de pararlos. Sabemos que no son buenos para nosotros y que ellos drenan nuestra energía, así que tratamos de evitarlos o cambiarlos. Porque no siempre somos exitosos en hacerlo, empezamos a aceptar esta clase de pensamientos como parte de nuestra vida, no lo son. Al notarlos, cambiarlos y pensar por pensamientos buenos, productivos y no dañinos, eso nos mantiene sanos.