La habilidad de disfrutar mi propia compañía es uno de los grandes regalos que ofrece la vida. Aprender a alejar mis pensamientos de todas mis responsabilidades al final del día y llevar mi mente al estado de paz y benevolencia, me permite llevar grandes y grandes cargas, sin sentir carga. Cuando mi paisaje interno está lleno de bellos pensamientos, lo que hago es placentero, todo lo que hago es placentero. Gentilmente yo calmo las situaciones caóticas y ofrezco solaz a las mentes perturbadas.